Wagyu en pleno territorio Mudéjar, con la más pura genética de la línea de sangre más valorada en Japón. Así nace Mudéjar Wagyu, pioneros en España en la crianza de Wagyu en pleno corazón de Teruel. En una idílica finca próxima a la localidad de Aliaga, donde hacemos crecer ejemplares Wagyu de la variedad Tajima Wagyu 100% “Full Blood”.
Con un estricto proceso de selección de la mejor genética y la más pura raza, cuidamos el más mínimo detalle de todas las fases de la crianza de Wagyu. Mimando cada una de las etapas de su vida, desde el momento en el que nacen hasta su plena madurez adulta.
El Wagyu crece amamantado directamente de las ubres de su madre, hasta que una vez alcanzados los 6 meses de desarrollo, dejan de mamar por ellos mismos. En ese momento pasan a pastar libremente en el campo, y comienzan una importante fase de crecimiento, basada en una cuidada y secreta alimentación natural basada en cereales que se adapta a cada fase de la cría.
El Wagyu adulto es el resultado del bienestar animal y su crianza, de la gestión ambiental del entorno, de la cuidada nutrición, y de la integridad del producto.
La sabiduría del chef español que cuenta con doce Estrellas Michelín tutela la crianza de la mejor genética Wagyu. Los consejos de Martín Berasategui en la alimentación y crianza del ganado de Mudéjar Wagyu garantizan, junto a la experiencia ganadera de décadas de trabajo y el cuidado de nuestros veterinarios, el resultado óptimo en el producto final.
El mantecoso marmoleado intramuscular de la carne, capaz de fundirse con el calor de la propia boca, una extrema terneza y un suculento sabor, convierten a la carne de Mudéjar Wagyu en un alimento de los más finos, delicados y valiosos dentro de la gastronomía internacional. Los animales de Mudéjar Wagyu llevan la firma de Martín Berasategui, para convertirse en los protagonistas de las mejores creaciones culinarias.
Mudéjar Wagyu se diferencia del resto de marcas productoras de carne de Wagyu por ser pionera en la crianza de animales de pura raza, genéticamente 100% sangre de Wagyu de ascendencia japonesa. Un sello de calidad basado en una línea genética excepcional, que asegura que cada pareja de cría de Wagyu encaje perfectamente gracias a los datos precisos que obtenemos de su información genética.
La genética de Mudéjar Wagyu se puede rastrear a través de la verificación parental usando la certificación de su ADN.
Son la genética Wagyu, la alimentación y el entorno de crecimiento, la garantía de una infiltración natural de la propia grasa corporal del Wagyu entre los músculos, lo que finalmente garantiza su sabor, textura y jugosidad extraordinariamente únicos.
Mudéjar Wagyu garantiza la certificación genética de cada animal, poniendo a disposición de todos nuestros clientes la ficha genética de cada uno de ellos. De esta forma, es posible conocer su fecha de nacimiento, sexo, raza, ascendencia y criador.
Desde su nacimiento, cada uno de nuestros Wagyu se alimenta de su madre hasta que dejan de mamar por ellos mismos. En ese momento pasan a recibir nuestro pienso de elaboración propia, con raciones suplementadas a lo largo de los siguientes dos años.
El secreto de nuestra alimentación se centra en un pienso natural y de elaboración propia, una combinación perfecta de cereales cultivados en las mismas tierras Mudéjar, y de alimentos naturales que son fuente de numerosos beneficios para el crecimiento del Wagyu.
En las diferentes etapas de crecimiento, se realiza una combinación única de cereales, alimentos y nutrientes, ajustada a sus necesidades de desarrollo y momento exacto de su crianza.
Lo que garantiza la perfecta y harmoniosa cría de los Wagyu, y de un sistema ecológico de alimentación que garantiza el bienestar de los animales, respeto con el entorno, nutrición basada en alimentos naturales y un exhaustivo cuidado de la nutrición.
En Aliaga (Teruel), a más de 1.100 metros de altitud, en un paraje naturalmente rico e idóneo para la cría y crecimiento de esta codiciada leyenda nipona nacida en España. Allí pasta y crece nuestro ganado, pastando libremente en una zona de alto interés y valor ecológico.
Enclave repleto de esencia Mudéjar protegido por la Unión Europea como Zona de Especial Conservación, dada su particular riqueza medioambiental. Un escenario idóneo para el crecimiento y desarrollo de cada Wagyu.
La finca de Mudéjar Wagyu posee una gran extensión en la que se combinan pequeños cerros con valles y fuentes naturales, en los que convive la ganadería y crianza de esta excepcional raza de origen japonés, con el cultivo de cereales y otros productos naturales. Un entorno ganadero con siglos de tradición, donde crecen animales de una genética excepcional.
Tradición y ciencia. Esa es la combinación perfecta que contribuye a la consecuencia de un producto excelente y a la mejora de la calidad de la vida de los animales de Mudéjar Wagyu.
Un entorno totalmente sostenible, desde el abastecimiento energético total de la finca gracias a la tecnología de los paneles solares, a un proceso sostenible total basado en las mejores prácticas y métodos de garantía de calidad en el cultivo de cereales.
Los cereales son la base de la alimentación del Wagyu, totalmente biológicos, junto al bienestar proporcionado por el entorno natural, la calidad de la tierra, la eficiencia del agua, y la variabilidad climática.
De estos cereales se produce el pienso que sirve como base de su alimentación junto a la cebada, la avena, la cebadilla y la veza.
Para cerrar el círculo de un proceso sostenible y totalmente biológico, el estiércol proveniente de los mismos animales, sirve como abono natural para el cultivo de los cereales.
La finca de Mudéjar Wagyu configura un entorno natural, limpio y sostenible, perfecto para el desarrollo y crecimiento de los animales, que permite tener el resultado final de un producto Premium, de altísima calidad, y un respetuoso proceso con la vida de los animales y el medio ambiente.